30 de noviembre de 2012

Cupcakes de manzana o la amistad hecha dulce...


Pronto esta mesa se llenará de postres y dulces de todo tipo, pero quiero empezar este recetario con uno muy especial: los Cupcakes de Manzana. Pues tampoco es tan especial, pensaréis. Os explico qué hace tan especiales a estos cupcakes. Yo no cocino para mi (porque mi abuela me heredó un metabolismo de mierda y un culo malagueño avaricioso), yo cocino para mi gente. Y desde que horneé mis primeros Red Velvet sólo ha habido algo que me ha impedido disfrutar las invitaciones al 100%: una de mis mejores amigas es Alérgica. Pero así, Alérgica en mayúsculas. No tolera, entre otras cosas, los frutos secos ni cualquier especia conocida. Adiós chocolates, dulces, repostería prefabricada... Adiós cupcakes!! Cuando empezamos a sobrellevar este contratiempo me prometí a mi misma que conseguiría hacerle unos cupcakes aptos o dejaría de cocinar. Buscando recetas, escogiendo frutas, suprimiendo especias y evitando los colorantes conseguí dar con una receta 100% apta y tan deliciosa que se  ha convertido en uno de los must de la temporada!!! 

Sin más verborrea, delantal y manos a la obra... 


INGREDIENTES
Para 10 cupcakes:
100gr azúcar morena
100gr harina normal
100gr mantequilla 
2 cucharadas de leche entera
1 manzana
1 cucharadita de levadura
2 huevos

Para el frosting:
80gr queso tipo Philadelphia
250gr azúcar glas
60gr mantequilla

ELABORACIÓN
Recordad que es importante que los ingredientes estén siempre a temperatura ambiente, sobre todo la mantequilla. Y que esta debe ser mantequilla, mantequilla, nada de margarinas!!

En primer lugar pre-calentamos el horno a 170º y distribuimos los moldes de silicona o la bandeja de cupcakes con sus correspondientes cápsulas de papel.

En un bol mezclamos la mantequilla y el azúcar con la batidora de varillas... Añadimos los huevos, batiendo tras cada adición. Hacemos lo mismo con la harina y la levadura sin dejar de batir. Incorporamos las dos cucharadas de leche y batimos hasta que nos quede una mezcla cremosa y sin grumos.

Cortamos la manzana a trocitos muy pequeñitos y la añadimos mezclando con una espátula, una cuchara o ese gran invento llamado lengua de gato (sí, el nombre da un poquito de grimilla, pero es la maravilla hecha utensilio de cocina).

Repartimos la masa en las cápsulas. No hagáis como yo en mi estreno con los cupcakes, que llené las capsulas hasta arriba y, en lugar de cupcakes, hice Volcanes de Red Velvet :) Lo ideal es llenar unas 3/4 partes de la cápsula... Yo espolvoreé un poquito de azúcar morena sobre la mezcla una vez vertida en las cápsulas, con el calor se funde y se gratina (uuuummmm...) 

¡Al horno! La manzana hace que esta masa sea muy melosa, por lo que tarda más en hornearse que otros tipos de mezclas. Yo los tuve 30 minutos a 170º, pero ya sabéis que cada horno tiene sus tiempos. Si notáis que empiezan a dorarse pero aún no se han hecho por dentro (¿os explico lo del palillito?), tapadlas con papel de aluminio mientras se terminan de hornear. 

Mientras se enfrían las magdalenas (a falta del cup, aún son magdalenas), preparamos el frosting. Para ello, batimos ayudados por las varillas, la mantequilla y el queso Philadelphia junto con el azúcar. Debemos conseguir una crema suave y homogénea a la vez que un poquito consistente. A mi los frosting se me dan fatalmente mal y he descubierto que si dejo la crema en la nevera un ratito antes de trabajarla con la manga pastelera, el resultado mejora considerablemente. Un consejo: comprad bolsas de manga pastelera desechables!! Son prácticas, cómodas y obtienes el mismo resultado sin necesidad de fregar... Las de Dr. Oetker son geniales, en cambio, las que venden en Casa no resisten un apretón.

Una vez hayamos terminado de decorar con el frosting espolvoreamos un poquito de azúcar morena y... ¡listos para devorar!

Buen provecho!! S.
 YOU, N!


27 de noviembre de 2012

come · bebe · sueña


La RAE debería sentar en alguno de sus sillones a un publicista que le pusiera un poquito de "la chispa de la vida" a sus parcas definiciones... Tendríamos, de esta manera, una definición que se ajustase más a la realidad de lo que significa, por ejemplo, "cocinar". Dicen los académicos que: 
Cocinar. 
(Del lat. coquināre).
1. tr. "Guisar, aderezar los alimentos." 
Creo que esos académicos no han entrado nunca en una cocina impregnada por el olor de la canela... Porque cocinar es mucho más. Cocinar es un asalto a los sentidos. Cocinar es una forma de expresión, una manera de amar y un modo de vivir. Cocinar es crear. Cocinar es sentir... Y consentir. 

Dice Ana Milán (en su imprescindible Sexo En Milán) que sólo se cocina para quien se ama y yo no encuentro mejor forma de decir TE QUIERO. Por ello, os beso con cada cupcake, os abrazo con cada mojito y pronto os acurrucaré con mis adorados macarons...

Preparado el delantal... Sin pretensiones, sin compromisos, con amor.

S.